Un proceso de rehabilitación nunca es fácil. Acercarse a cualquier obra de arte que necesita ser puesta en valor requiere análisis, estudio, humildad y, sobre todo, respeto. Pero, además, cuando hablamos de edificios, el proceso se complica porque es necesario aunar la recuperación y mantenimiento de los elementos arquitectónicos originales con el cumplimiento de las nuevas normativas, la implantación de nuevas instalaciones o la actualización de las existentes, cumplir con los nuevos requerimientos de confort de los usuarios, mejora de la eficiencia energética, la actualización de las medidas de seguridad y la mejora de la accesibilidad.
Hay ciudades que son especialmente conscientes del valor y del potencial de su patrimonio histórico. Miami Beach es una de ellas. Y si es destacable el esfuerzo que hace la ciudad de Miami por salvaguardar y poner en valor el Art Decó Historic District también es cierto que eso representa para los promotores y arquitectos hacer frente a fuertes requerimientos y exigencias que hacen muy difícil su labor, y a veces, incluso la viabilidad económica de las operaciones. Conseguir conjugar los intereses de los agentes públicos y privados es un reto. Pero cuando se consigue el éxito es seguro. Hoy, 80 años después del inicio del desarrollo del Art Decó Historic District de Miami Beach, es el principal activo cultural de la ciudad. Y el edificio que analizamos es un ejemplo de esta colaboración público-privada.
Albert Anis, un arquitecto visionario
El Hotel Waldorf Towers es un edificio diseñado por el arquitecto Albert Anis en el año 1937. Nacido en Chicago en 1899, Anis se formó en el Armour Institute of Technology de Chicago y trabajó allí una temporada, antes de trasladarse a Miami.
En 1926 un terrible huracán había arrasado la playa y en el 29 llegó la gran depresión. En los años 30, Miami, empezó a explotar como destino turístico, surgiendo la que sería la potente industria turística local. Era una época de desarrollo y de oportunidades, en la que muchos jóvenes arquitectos y emprendedores encontraron el caldo de cultivo ideal para desarrollarse. Todos ellos tuvieron la visión de usar un estilo artístico que les distinguiría y que derivaría en un estilo arquitectónico único.
La obra
Este edificio es sin duda una de sus mejores obras de Albert Anis. En él, aparecen todos los elementos que caracterizan su arquitectura, además de algunos especialmente originales e incluso únicos.
El edificio, con 44 habitaciones, se alza en la esquina de Ocean Drive con la calle 9th, en una parcela de forma rectangular de 130 pies de largo por 50 pies de ancho. Tiene tres plantas que nombraremos primera (planta baja según el sistema europeo), segunda y tercera, además de un semisótano.
Torreta de coronación a modo de faro
La parte central de la fachada principal a Ocean Drive está marcada por un juego de planos decorados con medias cañas, que se repiten en la esquina y las columnas de planta baja. Anis curvó la fachada principal para darle continuidad con la de la calle 9th y así indicar que tan importante es una fachada como la otra. Esta continuidad se remarca con las potentes cornisas que, empezando en la fachada principal, recorren todo el largo de la calle nueve.
Además, rompió la esquina introduciendo ventanas en la misma y no contento con ello, la coronó con una original torre circular a modo de faro con unos bloques de vidrio transparentes en su parte inferior. Se rompe así definitivamente cualquier resto de simetría de la fachada principal que pudiera perdurar y se convierte el edificio, gracias a su torre, en un referente en todo el frente marítimo. Un juego, el de marcar la esquina con una torre, que Anis usará en otros edificios posteriores, pero con torreones rectangulares menos llamativos.
La entrada principal la elevó dos pies respecto a la calle. Creó así un espacio que, limitado por una pequeña balaustrada, tiene privacidad, pero al mismo tiempo mantiene la sensación de conexión con la calle. Todo el frente de la terraza está libre de pilares gracias a una brillante solución estructural con una potente viga de hormigón armado que soporta las plantas superiores y, a la vez, la gran cornisa de hormigón de gran vuelo que cubre casi toda la acera. Una solución que ensaya con éxito por primera vez en este edificio. De esta manera solo aparecen dos pilares circulares en los extremos, con acanaladuras que recuerdan a columnas griegas y que dejan totalmente despejada la vista desde esta terraza.
Acceso principal al Hotel y terraza exterior
Anís también usó inteligentemente los niveles de las plantas para lograr unos espacios más potentes e interesantes. Sin perder habitaciones logró también solucionar el problema que representan las posibles inundaciones por la poca profundidad del nivel freático “water table” en la zona. Es un juego de alturas que se lee perfectamente en la sección del edificio pero que explicamos a continuación.
Sección esquemática del hotel, en la que se aprecia el inteligente juego de niveles. Croquis del autor.
El lobby está, como la terraza exterior, dos pies por encima de la acera, y para acceder a las habitaciones de la planta primera se suben otros cuatro pies desde la recepción. La segunda planta ocupa toda la huella del edificio. De esta manera, sin haber sacrificado habitaciones, el lobby tiene una altura de planta y media. Solo se pierde una pequeña parte del sótano, pero el hecho de haber subido la planta primera, hace que sea un semisótano con acceso desde la calle, luz natural y que quede por encima del nivel freático, evitando inundaciones.
El lobby además de alto es luminoso, gracias a los diez enormes ventanales que pudo abrir por la solución estructural de apear el peso de las plantas superiores. El estupendo suelo de terrazo, lleno de diseños geométricos, se extiende hacia el exterior acentuando la continuidad entre el interior y la terraza exterior.
Recepción del hotel con su distribución definitiva con sus grandes ventanales y el suelo ya completamente recuperado, así como la chimenea decorativa.
La estructura es mixta. Las fachadas están formadas por muros de carga de bloque prefabricados combinados con algunos elementos de hormigón armado y un entramado interior de madera tipo “balloom frame”. De manera que los tabiques interiores son también estructurales, ayudando a soportar tanto los forjados, como a arriostrar los muros exteriores.
Estructura interior de madera tipo Balloom Frame durante los trabajos de rehabilitación
También es de hormigón la estructura completa del semisótano y el forjado de la planta baja. Se crea así una especie de “zócalo” a partir de la cual se elevan las tres plantas de habitaciones en estructura de madera. La razón es intentar mantener las partes de madera alejadas del nivel freático y de las zonas inundables. Los cambios del nivel freático en Miami Beach son habituales por las mareas y por los huracanes y que se están agudizando debido al cambio climático.
Ramón Fernández López, Arquitecto.
In Memoriam de Pepe Tena