Este edificio fue completamente rehabilitado entre los años 2009 y 2010 por Room Mate Hotels y el propietario del mismo. El proceso de rehabilitación fue muy complejo y meticuloso, pero sobre todo respetuoso. Tenía el objetivo principal de poner en valor todos los elementos originales y actualizar el hotel mejorando sus instalaciones para ponerlo al día. La falta de documentación histórica y de planos originales dificultaban la tarea.
Planos originales del Waldorf Towers. Su baja calidad dificultó el análisis de los elementos originales.
Se intentó respetar al máximo la distribución original. Se mantuvo la forma del edificio, su uso y el número de cuartos y se llevaron a su ubicación original la recepción y la barra de bar.
El suelo de terrazo tanto de la terraza exterior como de la recepción fue rehabilitado completamente. Alguna zona, que había sido dañada por actuaciones anteriores muy poco cariñosas, fue reconstruida siguiendo los diseños originales y copiando sus colores. El día que se terminó de recuperar y de pulir pareció que el espacio se hubiera ampliado, y la combinación de suelo continuo y grandes ventanales tomó todo su sentido.
La balaustrada exterior, de la cual una parte había desaparecido, fue también rehecha. Para ello se sacaron unos moldes de las piezas que aún existían y sobre esos moldes se reconstruyó la balaustrada original en toda su longitud.
La escalera interior de madera fue pulida para recuperar y sanear la madera que después se pintó usando los colores originales. La barandilla de hierro original también fue lijada completamente y pintada. También se reparó alguna zona dañada y se volvió a asegurar. De manera que los elementos originales siguen haciendo la misma función que el día que se construyó el hotel.
El ascensor es el original de la marca Otis y sus puertas fueron recuperadas a base de ser lijadas y pintadas. Los herrajes fueron rehechos y algunas piezas tuvieron que ser hechas exprofeso. Os encantaría ver parte de la maquinaria original aún funcionando.
El rótulo original estaba especialmente dañado por la acción de un ambiente exterior muy agresivo, por lo que se cambiaron las letras por otras de mismo diseño, tipografía y tamaño, pero en aluminio anodizado para soportar la exposición al ambiente marino y la iluminación en el neón tradicional de Miami Beach.
Una inesperada sorpresa
También hubo sorpresas desagradables. En algunos puntos se detectó carcoma en la estructura de madera, lo que se solucionó aislando la zona afectada y tratando la madera envolviéndola. Algunas piezas, que por su escuadría o por su ubicación era imposible tratarlas, se sustituyeron.
Se encontraron dos pilares de hormigón armado en los que las armaduras estaban atacadas por corrosión. En ellos se retiró el óxido de las armaduras y se trataron con un producto anti corrosión y posteriormente se aplicó un mortero, epoxy doble componente, para permitir el agarre del nuevo hormigón de recubrimiento.
Una muy agradable sorpresa
En medio del agobio y preocupaciones que suponen los retrasos y los sobrecostes, de repente, ¡una sorpresa agradable! En el lobby, al quitar unas placas de cartón yeso en mal estado aparecen bajo una ventana unos bloques de vidrio que estaban tapados sin saber la razón.
Se miró en el resto de ventanas y también estaban allí. Al revisar los planos originales, pese a su mala calidad, se pudo apreciar que efectivamente eran elementos originales. Su inesperada aparición hizo que la luz entrase con más viveza en el lobby y que el espacio ganase más vida. También ayudó a entender el por qué hay unos bloques iguales de vidrio ubicados bajo la torre que por sí solos carecían de sentido.
La reubicación de la barra de bar y recepción dejó al aire otra sorpresa: Anis había dibujado en el terrazo la forma de la barra del bar. La falta de planos originales del suelo hizo que esta sorpresa no fuera descubierta hasta la retirada de la vieja recepción. Por eso el nuevo mueble no encaja exactamente en el dibujo del suelo, lo que permite que los visitantes descubran el antiguo trazo del mueble que asoma por dos zonas
Ramón Fernández López, Arquitecto.
In Memoriam de Pepe Tena